Este congreso organizado por la Universitat de València proponía llamar la atención sobre el hecho de que la literatura comparada no puede seguir dando la espalda a toda una serie de programas teóricos (teoría queer, deconstrucción, postcolonialismo, etc.), activismos sociales y transformaciones del sujeto (ecología, globalización, movimientos migratorios, etc.), que han hecho saltar por los aires los límites de las disciplinas humanísticas.
Esa pretendida imagen de una disciplina estable que ve removidos sus cimientos por los profundos desplazamientos a que se ha visto sometida fue el punto de partida para definir la que sería la imagen del congreso.